La lapicera

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jueves, 26 de mayo de 2011

Maravillas tecnológicas de la antigüedad I



El sismómetro

1. El sismómetro

El sismómetro de Zhang Heng. En el año 132 d. C., el inventor chino Zhang Heng diseñó un dispositivo capaz de detectar los terremotos a cientos de kilómetros de distancia. Se trataba de un gran jarrón con varios sapos de bronce dispuestos a su alrededor. Si la tierra temblaba, una bola metálica se soltaba en su interior y caía sobre la boca de uno de los sapos, indicando la dirección del terremoto. La leyenda dice que llegó a detectar seísmos a 600 Kilómetros de distancia.

El mecanismo de Anticitera
2. El mecanismo de Anticitera

El mecanismo de Anticitera. Sus engranajes componen el artefacto primitivo más fascinante de la antigüedad. Numerosos estudios han llegado a la conclusión de que se trataba de una sofisticada calculadora astronómica para predecir las posiciones de los astros. Nuevas investigaciones han fijado la fecha de su fabricación entre el 150 y el 100 a. C., antes incluso de los que se creía. Un estudio más reciente plantea la posibilidad de que se tratara de un calendario mecánico que permitía fijar con exactitud la celebración de los Juegos Olímpicos.

El tornillo de Arquímedes
3. El tornillo de Arquímedes

El tornillo de Arquímedes. A pesar de su aparente sencillez, el mecanismo es tan eficaz que se sigue utilizando en nuestros días. Se trata de un tornillo giratorio cuyo diseño permite elevar el contenido mediante la simple rotación. Se ha utilizado para la elevación de agua, harina o cereales. Se atribuye su invención a Arquímedes, en el siglo III adC, aunque se cree que ya era utilizado por los egipcios.

Puertas automáticas para templos

4. Puertas automáticas para templos

Puertas automáticas para templos. La creatividad de Herón de Alejandría llegó a tal extremo que casi se convirtió en un maestro de los efectos especiales. Ideó un mecanismo para hacer sonar las trompetas cuando se encendía el altar de un templo egipcio, e incluso un sistema para expulsar niebla artificial. Pero lo que más sorprende es el esbozo de un sistema de puertas automáticas para templos, un dispositivo que funcionaba tras el encendido de un fuego, que provocaba la apertura de las puertas en el momento deseado.
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La primera máquina expendedora

5. La primera máquina expendedora

La primera máquina expendedora. Como otros muchos artefactos, esta máquina fue creada por el matemático Herón de Alejandría en el siglo I dC. El dispositivo, situado a la entrada de los templos, dispensaba una pequeña cantidad de agua sagrada a cambio de una moneda. El sistema era muy sencillo: al caer, la moneda accionaba una palanca que se elevaba y dejaba salir el líquido durante unos segundos. Un primer esbozo de lo que muchos siglos después serían las máquinas expendedoras


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