Ejemplo de miniatura:Liber Ruralium Commodorum. Crescenzi
Miniaturas medievales:
concepto y características generales.
¿Qué son las miniaturas medievales?
Las miniaturas medievales son representaciones gráficas
de gran colorido que ilustraban los libros en la Edad Media.
Además de caracterizarse por el uso de una gran variedad
de colores, también reflejan la realidad en dos dimensiones:
los personajes, lugares, objetos… todo lo representado,
lo está de forma plana, sin cuerpo, pero cargado de un gran
simbolismo que variará dependiendo de la época y cultura.
Su nombre puede llevarnos a un equívoco: no son pequeñas
ilustraciones sino que reciben ese nombre debido al uso del
minio como pigmento que se utilizaba para las representaciones
gráficas.
Las miniaturas ilustraban los textos, que eran enviados a los
miniaturistas, ilustradores o iluminadores para dibujar en ellos.
Estas representaciones no cumplían una mera labor estética,
sino que se convirtieron en indispensables para comprender
los textos en los que se ubicaban, sobre todo en el ámbito
científico, incluso para localizar párrafos de la obra que estaban
relacionados con los dibujos (podemos encontrar una
funcionalidad de las imágenes en el arte primitivo, donde las
imágenes eran utilizadas con fines mágicos). Estos manuscritos
eran muy voluminosos, estaban realizados sobre pergaminos
que posteriormente eran cosidos entre sí, se les añadían unas
tapas duras que, normalmente, estaban decoradas con metales
preciosos. Para realizar un manuscrito ilustrado
(o iluminado, como se les denominó), se precisaba de gran tiempo.
para su adquisición, era indispensable tener cierto nivel económico
e intelectual.
La mayoría de manuscritos de la Edad Media tuvo su origen en los
monasterios cristianos; esta es una de las causas por la que la mayoría
de las personas no tuvo acceso a ellos (además de la analfabetización
ya nombrada con anterioridad) que se realizaban en el ámbito religioso.
Poco a poco esto fue cambiando y otros grupos comenzaron a tener libros,
a usarlos, pero esto no tendría una especial relevancia hasta el siglo XII.
La iluminación de estos libros fue el movimiento artístico más importante
hasta el siglo XV.
Las miniaturas se dibujaban a mano, una a una; si se hacían 200 libros,
el miniaturista o iluminado debería hacer 200 dibujos. Esto cambió con la
industrialización de los libros. Nos podemos imaginar todo lo que se perdió
por el camino cuando la imprenta de Gutenberg comenzó a funcionar.
Se podían hacer mayor número de copias a precios muy económicos
ya que el tiempo empleado era mucho menor. Las miniaturas ya no se
dibujaban una a una en cada libro, sino que se producían en serie.
A Gutenberg le preocupaba que la imprenta hiciese que se perdiesen
los hábitos de la escritura, por ello, su pretensión era que los nuevos
libros pareciesen realizados a mano. Para ello utilizó una letra de estilo
gótico que se asemejaba a la utilizada en la época, pero como sabemos
por nuestra propia experiencia, esto no fue suficiente.
Pero volvamos a las miniaturas. Lo que intentaban los medievales era que sus dibujos se entendiesen, que fuesen simples pero concisos, que fueran fácilmente interpretables. Las imágenes debían aportar algo más que pura decoración. Las miniaturas aportaban más información, hacían al texto más comprensible. Esto es muy importante porque como ya hemos resaltado, la alfabetización en esta época era mínima, el acceso a la cultura estaba muy restringido.
Actualmente existe una concepción similar sobre la imagen.
Nos aporta más información e incluso, sólo una imagen ya puede ser noticia.
Los tres órdenes feudales. Autor desconocido
Baja Edad Media - Letra capitular (manuscrito)
Hermanos de Limbrugo, Abril 1410 -
Miniatura del libro Las muy ricas horas
del conde de Berry; pintado para el duque
de Berry; Museo Condé, Chantilly.
Jaquemart de Hesdin
"Trés riches heures de Duc de Berry"
http://diloengrafico.wikispaces.com/Miniaturas+medievales
www.kalipedia.com/historia-espanola/tema/edad-media/manuscritos-medievales.html
Ejemplo de miniatura:Liber Ruralium Commodorum. Crescenzi |
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