La divina proporción o número Phi (fi) palabra de origen griego, fue descubierto por Euclides (300-265? a.C.) cuya fecha de fallecimiento no ha sido corroborada. Esta formulación fue expresada en su libro Elementos, cuya copia se ha encontrado en un fragmento -datado en el año 100 d.C-. El número Phi -o número áureo- se encuentra presente en toda la naturaleza: vegetal y animal. Un buen ejemplo sería el Nautilus, una especie de.caracol, cuyas espirales interiores respetan esta proporción.
El número de oro
Otra aportación importante del número áureo lo encontramos en el Arte: desde Leonardo da Vinci -con su perfecto Vitruvio- hasta Dalí. Esta proporción aumenta la visión de la perfección estética, y por ende la vibración de las construcciones que guardan este número. En estos monumentos las obras de arte, también elevan la energía de lo que se prospecta.
En la música, esta divina proporción -puede escucharse- entre otras obras en las Sonatas de Mozart y la Quinta Sinfonía de Beethoven.
La proporción del número áureo está presente hasta en lo infinito... En la Arquitectura -a través de los siglos- la geometría sagrada y en las matemáticas, fórmula cuyo desarrollo decimal no tiene fin; sin olvidar la suma importancia que ha tenido en la construcción de las catedrales, no sólo por una razón estética -sino también mística-. Sin dejar de tener en cuenta, que además el asentamiento de estos edificios se ha realizado en lugares de gran fuerza telúrica, o considerados desde la antigüedad mágicos, como la Catedral de Chartres que fue construida sobre un antiguo bosque de los celtas galos, y que quizás también por ello supere en su vibración energética a otras iglesias y catedrales.
Estas teorías no fueron muy bien acogidas por los científicos, al carecer de bases empíricas para su comprobación. Sin embargo, más tarde John B. Carlson aseguró en 1975 que los vórtices de estas Líneas Ley poseen una mayor intensidad geomántica -medible con un magnetómetro de protones- hecho que también fue comprobado por experimentados radiestesistas.
A menudo estas líneas son confundidas con las líneas Hartmann, cuyo concepto difiere totalmente, no sólo por formar cuadrículas que se adaptan a la topografía del terreno, sino sobre todo por ser líneas de baja vibración energética, lo que se incluye dentro del campo de las Geopatías o alteraciones vibracionales del terreno, perjudiciales para la vida.
Mediciones
La normalidad en la medición vibratoria de esta escala -Biómetro de Bovis- se ha establecido entre 6.000 y 7.000 unidades. Este parámetro abarca todo lo que en la Tierra tiene existencia física. Pero, hay otros aspectos a tener en cuenta el psíquico o mental, y el espiritual o astral. Según esta concepción resultan los tres planos presentes en la vida humana: físico, psíquico y espiritual.
Por esta razón estos tres planos deben diferenciarse en las mediciones, para poder constatar la normalidad o no de lo que se prospecta por separado. Así según esta escala se establece como: energía negativa menos de 6.000 unidades Bovis: y energía positiva: por encima de 7.000. En la vibración energética, la normalidad -como ya se ha apuntado- está entre 6.000 y 7.000.
Para poder interpretar estas mediciones desde la perspectiva de la Radiestesia, se van a medir -a través de un péndulo- algunos lugares emblemáticos y otros más desconocidos.
- Plano físico: 8.300
- Plano psíquico: 9.000
- Plano espiritual 10.700
- Plano físico: 7.800
- Plano psíquico: 8.800
- Plano espiritual: 8.800
- Plano físico: 7.400
- Plano psíquico: 8.600
- Plano espiritual: 8.000
- Plano físico: 6.900
- Plano psíquico: 8.800
- Plano espiritual: 9.700
- Plano físico: 8.000
- Plano psíquico: 9.300
- Plano espiritual: 9.900
Es posible, que estas mediciones no parezcan relevantes, pero pueden llevar a otras deducciones más sutiles; si por ejemplo, calculamos los porcentajes sobre las cifras ya apuntadas como neutras, así se observará que todos estos lugares presentan un aumento considerable de las mediciones, cuyos parámetros son considerados normales; lo que nos lleva en línea recta a constatar que son enclaves altamente positivos, de elevada vibración energética.
Hasta que no se invente un aparato capaz de medir con precisión, la medición de la energía de los sitios que admiramos, asunto que parece complicado pueda producirse, habrá que recurrir a la Radiestesia, a la sensibilidad especial de los visitantes y/o al psiquismo, para determinar que sitio es un Enclave de Poder y cual no.
Conseguir saber -incluso a distancia- la vibración de un lugar, persona u objeto, puede parecer algún tipo de operación mágica, lo que sólo es una técnica de prospección...
Aún con estos datos -lo importante- siempre será el sentimiento o emoción, que en nuestro interior, produce un Lugar de poder. Lo mejor: la visión subjetiva, que es la que permitirá sentir esa trascendencia; y tener con quien compartirla...
Liliana Coma
!4/3/2011
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