La lapicera

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viernes, 23 de enero de 2015

Semillas ¿ilegales?




Europa saca una ley que criminaliza 

las semillas naturales, para que la gente 

no pueda cultivar su propio huerto

Atención, porque esto es muy grave: La nueva Ley de semillas aprobada por la UE disminuye el acceso a semillas para su uso en el hogar y restringe los cultivos en casa. O eso pretenden.

El lunes 6 de mayo se presentó una nueva ley ante la Comisión Europea, por la cual se establecen nuevos poderes para regular el cultivo de plantas en toda Europa. La “Ley de Material Reproductivo de las plantas” regula absolutamente todas las plantas. Y como no podía ser de otra forma, contiene restricciones en cultivo de verduras y plantación de árboles, mientras que también se crean nuevos poderes para restringir el resto de plantas de cualquier otra especie en una fecha posterior.
De esta forma, bajo la nueva ley será ilegal cultivar, reproducir o comercializar cualquier semilla vegetal o árbol que no haya sido probado y aprobado por una nueva llamada “Agencia de Variedades Vegetales de la UE”, que va a elaborar una lista con las plantas autorizadas (también se deberá pagar una tarifa anual a la Agencia para mantener esas semillas en la lista, si no se paga, significa que se deja de cumplir con la normativa y queda por lo tanto prohibido su cultivo).
Tal y como nos informa el blog “Noticias de Abajo“, después de muchas protestas e intensas presiones por parte de grupos de consumidores, pequeños agricultores, bancos de genes, e incluso algunos Gobiernos de los Estados miembros, se han hecho algunas modificaciones de última hora, que aunque no resulta en una ley perfecta, reduce mucho el impacto.
Un resumen de la noticia en vídeo lo podemos ver en Youtube:



Las concesiones de última hora son las siguientes:
1. Los jardineros quedan autorizados a guardar e intercambiar semillas no aprobadas sin que por ello se infrinja la ley.
2. Individuos y pequeñas organizaciones pueden proveerse de semillas de hortalizas no aprobadas, siempre y cuando tengan menos de 10 empleados.
3. Los bancos de semillas también pueden guardar semillas no aprobadas, sin que por ello se infrinja la ley.
4. En una futura legislación (sin especificar cuándo) se regularán las semillas aptas para la agricultura ecológica.
Para el resto se mantienen las restricciones, por lo que a largo plazo será más difícil para las personas hacerse con buenas semillas para cultivar en su casa. De todas formas la ley aún tiene que pasar al Parlamento para su modificación o aprobación, por lo que todavía hay posibilidades de cambios, sean para bien o para mal.
Ben Gabel, agricultor y director de The Real Seed Catalogue, dijo al respecto:
“En el proyecto de ley han hecho algunas importantes concesiones para el cultivo en casa y los pequeños agricultores, aunque es una pena que no se pensase en ellos en primer lugar.
Sin embargo, todavía hay consecuencias negativas, ya que tendrán derecho a acceder a las distintas variedades vegetales los jardineros, los agricultores ecológicos y los agricultores que cultiven para los mercados locales a pequeña escala.


Esto se debe a que el principal sistema de registro no facilita el uso en el hogar (jardines, huertos) y las variedades para el uso en casa no cumplen con los estrictos criterios de la Agencia de Variedades Vegetales, que sólo se preocupa por aprobar las semillas utilizadas por la Agricultura Industrial.
Debido a esto, las empresas de semillas registraban y vendían variedades de semillas para uso no profesional en el ámbito doméstico. Bajo el nuevo sistema, que ahora las denominan como variedades “locales” y aunque no hay un registro de esas variedades existe un gran inconveniente: cualquier empresa con más de 10 empleados tiene prohibido su cultivo y uso.
Así que las nuevas variedades para los cultivos caseros sólo podrán ser desarrolladas por pequeñas organizaciones, y puede ser que no tengan recursos para hacerlo. Habrá muy pocas variedades profesionales para uso de los jardineros o para la agricultura sostenible a pequeña escala.
L

La ley va a reducir las posibilidades de elección también a los grandes agricultores. En algunos casos, sólo se permitirán las nuevas variedades vegetales si se aprueban y se demuestra que son mejores que las que estén actualmente en lista. Esto es absurdo, ya que a menudo se descubren los beneficios de una nueva variedad al cabo de varios años, por ejemplo, cuando se observa su resistencia ante tal o cual enfermedad. En un mercado libre, debería corresponder a los agricultores decir el uso de las nuevas variedades y cuáles son aquellas que más les gustan en base a su experiencia.
Kate McEvoy de Real Seeds
No hay necesidad real de este nuevo y complejo reglamento. Ya tenemos leyes que protegen al consumidor: las semillas deben ser aptas para su venta; deben coincidir con la descripción y corresponder con lo anunciado. La actual Ley de Semillas ya cubre la defensa de la salud, la trazabilidad y la seguridad. Cualquier persona que produce semillas ya es inspeccionada y sus semillas certificadas por Agencias Estatales.
Este es un ejemplo de Burocracia fuera de control. No queremos a tantos funcionarios de la UE que son pagados por mover montañas de papeles para interferir en el derecho de las personas a cultivar lo que quieran, ni que deba pagarse por el uso de plantas que han sido utilizadas durante miles de años en la agricultura a pequeña escala.
También resulta preocupante que se hayan dado a sí mismos el poder de regular y aprobar el cultivo de cualquier especie de planta en el futuro, no sólo las de uso agrícola, sino las hierbas, musgos, flores, etc, sin tener que pasar necesariamente por el Consejo para su votación.
Lo cierto es que esta ley ha sido escrita pensando en las necesidades de las Multinacionales de la Industria Agraria y de Semillas, que suministran en grandes cantidades para la producción industrial. Es algo que no debiera aplicarse a los usos domésticos o los pequeños agricultores que producen para los mercados locales, que tienen necesidades muy diferentes.
Hacemos un llamamiento para que queden exentas de forma total en la ley aquellas semillas vendidas en pequeñas cantidades a los consumidores individuales”.

Por otra parte, si se ha parado a leer el resumen oficial de la nueva ley, advertirá que tan solo es una nota de prensa donde explica cuales son sus fines y sus aparentes buenas intenciones, siendo en realidad un mero resumen.
Como ya sospechará usted, este movimiento es “La Solución final” de Monsanto, DuPont, Grow, Pioneer y otras corporaciones transnacionales que, por otra parte, nunca han ocultado que su meta final es el control completo de todas las semillas y cultivos del planeta.
La ONG “El Arca de Noé” y otras 240 organizaciones de 40 países europeos han escrito una carta abierta a los burócratas europeos instándoles a que detengan este desatino. Una traducción de la misma la puedes leer aquí.
De esta manera los dirigentes europeos animan a todos los estados miembros a crear registros y a recopilar datos de todo y de todos, para que el nada se pueda escapar al control estatal (seguridad alimentaria y sanitaria lo llaman).
Lo diré más claro aún: Virtualmente todas las plantas, variedades de semillas y agricultores tendrán que estar “fichados” por los gobiernos para poder operar dentro de la “legalidad”.
Por poner un ejemplo: Bajo esta nueva dictadura Ley no hubiera sido posible que personas como Josep Pamies nos hubieran traído a España plantas medicinales como la Stevia (100 veces más dulce que el azúcar, pero sin sus peligros y además muy eficaz en el tratamiento de la diabetes) o la Kalanchoes (con resultados espectaculares en el tratamiento de diversos tipos de cáncer), puesto que el Sr. Pamies ya estaría en prisión acusado de atentar contra la salud pública.
FUENTES (casi todas en inglés):





Recogido de: http://elnuevodespertar.wordpress.com/2013/05/16/alerta-roja-europa-criminaliza-las-semillas-naturales/

https://lamatrixholografica.wordpress.com/2013/05/16/europa-saca-una-ley-que-criminaliza-las-semillas-naturales-para-que-la-gente-no-pueda-cultivar-su-propio-huerto/

Alicia en el País de la Psicología...

¿Cuál es la psicología de Alicia en el País de las Maravillas?



El cuento de Lewis Carroll está lleno de alusiones a la educación y las costumbres de su época. Mezcla fantasía y realidad, y ha influido a literatos, músicos, cineastas y científicos.

Caída angustiosa. El descenso de Alicia por la madriguera que parece no tener fin recuerda la pesadilla tan recurrente en muchas personas de caer y caer, hasta que la sensación de angustia creciente les hace despertar. Carroll usa esa imagen para describir la entrada en lo inconsciente.

Las prisas. El Conejo Blanco mira su reloj y va siempre apresurado diciendo “¡Dios mío, voy a llegar tarde!”. Refleja la ansiedad, la conducta paranoica y la exigencia a veces exagerada que los mayores imponen a los niños.

Fuera rutinas. Los adultos viven atados a la costumbre, como el Sombrerero y su eterno té de las seis. Carroll critica los comportamientos asumidos que nunca son cuestionados. Alicia, a lo largo del libro, se acostumbra a la libertad y a la aventura, y, al despertar del sueño, encuentra “aburrido y estúpido que la vida siguiera su curso normal”.

Números. La condición de matemático de Lewis Carroll se nota en la obra, llena de guiños al álgebra, la teoría de números y la lógica. La caída interminable de Alicia recuerda al concepto de límite. En el capítulo 5, la paloma dice que las niñas pequeñas son un tipo de serpiente, ya que las dos comen huevo. Esta deducción alude al cambio de variables.

Crisis de identidad. La incertidumbre propia de la adolescencia aparece cuando Alicia se encuentra a la Oruga Azul sentada fumando con un narguile. Esta pregunta con prepotencia a la niña por su identidad, a lo que ella responde llena de dudas, pues al haber cambiado varias veces de estatura ya no sabe bien quién es. La Oruga Azul es la lógica racional, las dudas y la paciencia como madre de la ciencia.

Vitalidad. El Gato de Cheshire destaca por su sonrisa. Representa el sentido vital: “Siempre llegarás a alguna parte si caminas lo bastante”.

Estira y encoge. En el libro, la protagonista aumenta y disminuye de tamaño varias veces. Eso ha dado lugar al término micropsia o síndrome de Alicia en el País de las Maravillas para definir un trastorno neurológico que afecta a la visión. El sujeto que lo padece percibe los objetos mucho más pequeños y alejados de lo que están en realidad. También se llama visión o alucinación liliputiense.

Intolerancia. La Reina de Corazones gobierna despóticamente el País de las Maravillas. Narcisista, rígida y controladora, resuelve los problemas, pequeños y grandes, mandando decapitar a todo el que ose ofenderla.














http://www.muyinteresante.es/cultura/preguntas-respuestas/cual-es-la-psicologia-de-alicia-en-el-pais-de-las-maravillas-511394618716

sábado, 17 de enero de 2015

Galileo frente a la Inquisición



Aunque la Humanidad llevaba milenios contemplando el firmamento nocturno, la astronomía tuvo la poca fortuna de alcanzar su edad adulta en una Europa enfrentada por un sinfín de conflictos religiosos. Ni la Iglesia de Roma ni los protestantes de centroeuropa recibieron bien los nuevos hallazgos y teorías de los dos observadores del cielo más revolucionarios del siglo XVII: Galileo y Kepler.

Galileo Galilei, nacido en Pisa en 1564, es el científico que mejor simboliza la ruptura con el mundo medieval y la irrupción del método hipotético-deductivo, es decir, el método de la ciencia moderna por excelencia. La gran ruptura que provocó este sistema de estudio se debe a que no se limitaba a argumentar en abstracto, sino que se apoya en observaciones y experimentos que otros investigadores pueden confirmar por sí mismos y que reafirman o refutan la hipótesis de la que se parte.

Fascinado por las nuevas posibilidades de la óptica, Galileo fabricó su propio telescopio y comenzó a estudiar la Luna entre 1609 y 1610. Ese mismo año se publicaba en Venecia 'Siderius nuncius' (Mensajero sideral), la obra que contiene todas las observaciones de este científico sobre nuestro satélite. Analizando cuidadosamente las variaciones del terminador (la frontera entre la parte iluminada de la Luna y la zona que permanece oscura), descubrió la existencia de valles y montañas lunares. También dedujo que las zonas oscuras (los cráteres) eran las más bajas, por lo que estas deberían corresponderse con los mares, de acuerdo con la visión pitagórica de la Luna como un mundo similar a la Tierra. Galileo, que no era muy amigo de la antigua filosofía griega, no apoyó directamente esta teoría, sino que se limitó a mostrar que, de existir mares, estos deberían ser las manchas más oscuras.

Galileo era católico, pero despreciaba sobre todas las cosas los argumentos basados en el principio de autoridad. Al parecer, este irreducible espíritu crítico lo había heredado de su padre, quien, según sus propias palabras, le había enseñado: "Me parece que aquellos que solo se basan en argumentos de autoridad para mantener sus afirmaciones, sin buscar razones que las apoyen, actúan de forma absurda. Desearía poder cuestionar libremente y responder libremente sin adulaciones. Así se comporta aquel que persigue la verdad". Educado en esta mentalidad, y armado con las sólidas pruebas que le proporcionaba su telescopio, no tuvo ningún reparo en despojarse de la tesis aristotélica de que la Luna era un cuerpo perfecto, muy extendida entonces entre los académicos cristianos.

Por el contrario, Galileo consideraba que haber descubierto la verdadera naturaleza del satélite era una especie de regalo divino. "Doy infinitas gracias a Dios por haber sido tan bondadoso de permitirme solo a mí ser el primer observador de maravillas que se habían mantenido escondidas en la oscuridad durante todos los siglos anteriores", escribió. El jesuita Cristóbal Clavius, uno de los impulsores del calendario gregoriano, no creía que fuese posible que la Luna tuviese irregularidades, pero Galileo logró convencerlo mostrándoselas con un telescopio. Pese a haberse resistido a creer en su existencia, Clavius daría nombre después a un inmenso cráter lunar. La Iglesia no pudo nunca oponerse a los descubrimientos del toscano sobre la Luna por la sencilla razón de que cualquiera podía verlos con sus propios ojos. Los problemas vendrían después.


Animado por sus éxitos, Galileo apuntó su telescopio hacia nuevos planetas. Su aversión por el aristotelismo y el argumento de autoridad abarcaba todos los campos, desde la mecánica hasta la astronomía. Pero en esta última disciplina, además, contaba con el apoyo de una obra monumental publicada medio siglo antes y que Galileo conocía muy bien: 'De Revolutionibus Orbium Coelestium' (Sobre las revoluciones de los orbes celestes), de Nicolás Copérnico.

Este astrónomo polaco había pasado veinticinco años estudiando los movimientos de los astros y había descrito un sistema cosmológico en el que todos los planetas, incluida la Tierra, giraban alrededor del Sol en órbitas circulares, mientras que las estrellas seguían una órbita aún más alejada pero también alrededor del Sol. Teniendo en cuenta las limitaciones de su tiempo, en el que el universo no excedía el sistema solar, el modelo de Copérnico era básicamente correcto. Dos de sus errores, además, se corregirían enseguida: Kepler demostró que las órbitas de los planetas no son circulares, sino elípticas; y Galileo descubrió que la Tierra no es el único planeta sobre el que gira un satélite, ya que Júpiter tenía hasta cuatro lunas a su alrededor. Cada nuevo descubrimiento parecía despojar a nuestro planeta de todas sus peculiaridades para relegarlo a un lugar secundario en la inmensidad del cosmos.

Kepler recibió una copia de El mensajero sideral de Galileo y redactó una nueva obra como respuesta a la misma, llamada Conversación con el mensajero sideral. Allí avalaba los descubrimientos de su colega, tanto sobre la Luna como sobre los cuatro satélites jovianos, de cuya existencia algunos aún dudaban. Kepler, sin embargo, tenía una visión de la Luna algo distinta a la de Galileo, y mucho más fantástica; el alemán pensaba que en ella había océanos, vegetación y vida inteligente, mientras que su colega italiano no prestaba demasiada credibilidad a estas ideas, a las que consideraba una herencia de los pitagóricos. Ambos investigadores se habían conocido unos años atrás cuando Galileo escribió a Kepler para felicitarlo por su exposición de un modelo heliocéntrico en 'Mysterium cosmographicum' (Misterio cosmográfico), obra publicada en 1695. La tesis de que el Sol está en el centro del universo, compartida por ambos desde antes de tener pruebas concluyentes que la demostraran, comenzaba por fin a cobrar sentido gracias al telescopio.

A finales de 1610, Galileo envió a Kepler y otros conocidos un enigmático mensaje en latín: "Haec immatura a me iam frustra leguntur o y" ("Esto ya había sido intentado antes sin éxito por mí"). Kepler estaba ya acostumbrado a recibir anagramas de su colega toscano, así que sabía que se trataba de un nuevo hallazgo en clave cifrada. No pudo aguantar la curiosidad y pidió a Galileo que enviara la solución cuanto antes. La respuesta llegó en enero de 1611. Cambiando el orden de las letras y formando con ellas nuevas palabras, se puede obtener este otro enunciado, también compuesto en clave de enigma, pero de una importancia capital en la historia de la ciencia: "Cynthiae figuras aemulatur mater amorum" ("La madre del amor emula las figuras de Cynthia").

-El derrocamiento del sistema geocéntrico-

Cynthia era otro de los nombres que recibía la diosa Artemisa, y se refiere, evidentemente, a la Luna. La madre del amor, por tanto, no puede ser otra más que Venus. Y las figuras de Cynthia son las fases lunares. En otras palabras, Galileo había visto con sus propios ojos, a través de su flamante telescopio, que el planeta Venus también cambia ligeramente sus fases. Este descubrimiento, por sí solo, bastaba para derrocar al sistema geocéntrico. Hasta entonces, no había nada que pudiera desbancar definitivamente a la Tierra del centro del universo, pese a que el modelo de Copérnico era más simple, preciso y elegante. Ahora las cosas habían cambiado: no había modo alguno en que la Tierra pudiese ser el centro del universo si Venus cambiaba su rostro como mostraba el telescopio. Galileo y Kepler tuvieron desde entonces la certeza de que la victoria era suya. El descubrimiento se publicó en 1613 y, esta vez, tampoco intervino la Iglesia.

Más bien al contrario, hubo varios religiosos que se sintieron fascinados por la nueva astronomía de Galileo y Kepler y trataron de congeniar sus hallazgos con los postulados tradicionales del catolicismo. Fue el caso del carmelita italiano Paolo Foscarini, que defendió en público a Galileo y redactó una obra en la que trataba de demostrar que el heliocentrismo no estaba reñido con la Biblia. No era el primer libro de estas características escrito por un católico, ya que el agustino Diego de Zúñiga había publicado uno con el mismo fin en 1594.

Las jerarquías católicas no se sintieron nada cómodas con esta situación: una cosa era que los astrónomos hablaran de lo que veían con sus telescopios y otra bien distinta es que sus observaciones ejercieran un poderoso -e incontrolable- influjo en el pensamiento teológico. En 1616, un decreto de la Congregación del Índice prohibió por completo la obra de Foscarini y censuró en buena parte las de Zúñiga y Copérnico. El motivo de que el astrónomo polaco cayera en desgracia junto a los dos teólogos reprobados radica en que Copérnico -canónigo de la catedral de Frombork y sobrino del obispo católico Ukasz Watzenrode- también había tratado de compatibilizar sus teorías con las Sagradas Escrituras. Los pasajes sobre las revoluciones que incurrían en esta práctica fueron eliminados, aunque no así el modelo heliocéntrico que se presentaba en dicha obra. Lo que sí se hizo fue incorporar nuevos pasajes en los que se explicaba que la visión heliocéntrica era tan solo una hipótesis, ahondando en lo que ya había hecho casi un siglo antes, previendo que algo así podía pasar, el editor original de la obra, Andreas Osiander.

En cuanto a Galileo, que se había mantenido alejado de la teología, la Iglesia se limitó a advertirle de que siguiera las nuevas directrices y no se excediera demasiado en su defensa del copernicanismo. Fue un amigo personal suyo, el cardenal jesuita Roberto Belarmino, quien le avisó del nuevo decreto, así como de las denuncias que, sin ningún efecto, se habían presentado en Roma contra él. Galileo aceptó el consejo y continuó manteniendo una buena relación con la Iglesia, pero pronto se extendieron rumores de que había sido obligado a abjurar.

La realidad es que, durante algunos años más, siguió estudiando el universo con su telescopio y publicando sus obras con normalidad (al menos, con toda la normalidad que podía esperarse en aquellos tiempos). Los inquisidores aceptaban que el sistema de Galileo era más elegante que el de Ptolomeo y consentían de buen grado que se usara como método de trabajo, pero aún pensaban que la Biblia, tal y como había sido interpretada por los padres de la Iglesia, reflejaba la realidad científica del cosmos. La situación, en el fondo insostenible, se mantuvo así durante algún tiempo: mientras Galileo moderara su entusiasmo, la Inquisición no se metería en sus asuntos.

Tras leer el libro prohibido de Foscarini, Belarmino escribió una carta al autor en la que queda reflejada, en un lenguaje algo rebuscado, la postura oficial de la Iglesia: "Las palabras 'el Sol se levantó y el Sol descendió, y se apresuró al lugar por el que se había levantado, etc.' fueron pronunciadas por Salomón, quien no solo hablaba por inspiración divina, sino que fue un hombre sabio como ningún otro y más educado en ciencias humanas y en el conocimiento de todas las cosas creadas, y su sabiduría provenía de Dios. Por eso es muy poco probable que afirmara algo contrario a una verdad que ya había sido demostrada o con posibilidades de ser demostrada. Y si me dices que Salomón hablaba solo de acuerdo con las apariencias, y que parece que el Sol da vueltas cuando realmente es la Tierra la que se mueve, igual que a alguien que va en un barco le parece que la playa se está alejando del barco, yo responderé que alguien que se está marchando de la playa, aunque le parezca que la playa se está alejando, sabe que está en un error y lo corrige, viendo claramente que es el barco el que se mueve y no la playa. Pero con respecto al Sol y la Tierra, ningún hombre sabio necesita corregir el error, ya que nota claramente que la Tierra está quieta y que su ojo no está siendo engañado cuando interpreta que la Luna y las estrellas se mueven».

Al Vaticano le preocupaba la ciencia moderna por dos motivos: el primero es que promovía interpretaciones libres de las Sagradas Escrituras, algo a lo que Roma era especialmente sensible desde las escisiones protestantes y que ya había prohibido el Concilio de Trento, clausurado en 1563. El segundo es que la nueva astronomía recuperaba una cosmovisión pagana cuyo origen se remontaba a los pitagóricos, una secta que guardaba demasiadas similitudes con muchas de las herejías que había combatido la Iglesia desde los primeros siglos de nuestra era. No en vano, el decreto contra el copernicanismo de 1616 se refería insistentemente a la supuesta influencia pagana de este sistema.

Al parecer, la Congregación del Índice no consideraba que los defensores del heliocentrismo se basaran en las observaciones telescópicas, sino que creía que trataban de recuperar las antiguas doctrinas de Pitágoras. Esta interpretación estaría avalada por el libro de Foscarini, en el que se denominaba al heliocentrismo 'nuevo sistema pitagórico del mundo'. En realidad, Galileo no mostraba ningún respeto por las teorías de la antigua Grecia, y eso incluía a la secta de matemáticos tanto como a Aristóteles. El apoyo de Foscarini, por tanto, no le hizo ningún bien. Lo más probable es que el científico toscano tuviera escaso -o nulo- interés en las viejas herejías de inspiración pagana y que, empecinado como estaba en combatir a las nuevas élites aristotélicas, no cayera en la cuenta de que estaba despertado a un dragón dormido. Y vaya si lo hizo...

Fuente: www.elmundo.es
Post: Misterios del Cristianismo

sábado, 3 de enero de 2015

El Escorial


monasterio de el escorial 2

Construcción de El Monasterio de El Escorial

La octava maravilla del mundo


El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, es realmente un complejo arquitectónico, que incluye distintos edificios importantes como un palacio real, una basílica, una biblioteca, un panteón y un monasterio.
Es conocido también como Monasterio de San Lorenzo El Real o coloquialmente es llamado El Escorial. Está situado en la localidad de San Lorenzo de El Escorial, en la comunidad de Madrid, España. 
Desde finales del siglo XVI, fue considerado la Octava Maravilla del Mundo y en la actualidad forma parte del Patrimonio de la Humanidad. ¿Quieres saber por qué?
Su construcción fue promovida por Felipe II, para conmemorar su victoria en la batalla de San Quintín, que tuvo lugar el día de San Lorenzo. Desde ese mismo momento, se comenzó a colocar la primera piedra.
Está situado sobre una ladera del monte Abantos, a unos mil metros de altitud en la Sierra de Guadarrama, en Madrid. Posee unas majestuosas dimensiones 33.327 m2 y con un marcado estilo herreriano. Fue construido como un complejo muntifuncional, monacal y palaciego, convirtiéndose así en una de las más singulares arquitecturas renacentistas de Europa.
Pero debido a las importantes pinturas, esculturas, tapices, pergaminos, etc, hacen que el Monasterio de El Escorial, se haya convertido también en un improvisado museo.

palacio el escorial


El Monasterio de El Escorial es de planta rectangular y su origen arquitectónico es muy polémico, ya que hay quienes afirma que su planta tiene forma de “parrilla”, haciendo alusión a San Lorenzo que fue martirizado en una parrila. Otros historiadores afirman también, que su arquitectura está basada en el Templo de Salomón.
Allí encontramos el Palacio de Felipe II o Palacio de los Austrias. Está formado por diferentes estancias, con una decoración bastante sobria. En las dependencias privadas de los reyes, se pueden observar diversas obras pictóricas de gran importancia. Posee dos pisos y está construido en torno al Patio Mascarones. Este palacio fue residencia de la Famila Real Española.
patio mascarones
La Basílica de El Escorial es un templo católico y lugar de sepultura de los reyes de España. En la entrada de una de las fachadas, podemos contemplar seis estatuas de reyes y en su interior hay que destacar su magnífica ornamentación.
En la cripta hay 26 sepúlcros hechos en mármol, donde descansan los restos de reyes y reinas de las dinastías de los Austria y Borbón.
El convento o monasterio propiamente dicho, fue ocupado en su inicio por monjes jerónimos. El edificio fue construido en torno al patio de los Evangelistas. Posee dos pisos que están comunicados por una impresionante escalera y sus bóvedas están decoradas por preciosos frescos. Allí encontramos diferentes salas y la iglesia.
biblioteca el escorial
La Real Biblioteca es de tipo renacentista y la idea surgió del mismo rey Felipe II, debido a su gran pasión, como era la Alquimia. Es por eso que encontramos numerosos tratados de relacionados con la alquimia, la magia y la astrología.
Pero el rey también era un amante de la naturaleza, es por eso que encontramos preciosos jardines, lugares propicios para el reposo y la meditación.
Imágenes cortesía de Turismo Madrid Consorcio Turístico, Jose Javier Martin Espartosa, Jan y Jose Javier Martin Espartosa.

El Monasterio de El Escorial, la Octava Maravilla del Mundo













http://vuelosbaratosbaratos.com/el-monasterio-de-el-escorial-la-octava-maravilla-del-mundo/

Oda al primer día del año/Pablo Neruda


Pablo Neruda

Oda al primer día del año

Lo distinguimos
como
si fuera
un caballito
diferente de todos
los caballos.
Adornamos
su frente
con una cinta,
le ponemos
al cuello cascabeles colorados,
y a medianoche
vamos a recibirlo
como si fuera
explorador que baja de una estrella.
Como el pan se parece
al pan de ayer,
como un anillo a todos los anillos:
los días
parpadean
claros, tintineante, fugitivos,
y se recuestan en la noche oscura.
Veo el último
día
de este
año
en un ferrocarril, hacia las lluvias
del distante archipiélago morado,
y el hombre
de la máquina,
complicada como un reloj del cielo,
agachando los ojos
a la infinita
pauta de los rieles,
a las brillantes manivelas,
a los veloces vínculos del fuego.
Oh conductor de trenes
desbocados
hacia estaciones
negras de la noche.
Este final
del año
sin mujer y sin hijos,
no es igual al de ayer, al de mañana?
Desde las vías
y las maestranzas
el primer día, la primera aurora
de un año que comienza
tiene el mismo oxidado
color de tren de hierro:
y saludan
los seres del camino,
las vacas, las aldeas,
en el vapor del alba,
sin saber
que se trata
de la puerta del año,
de un día
sacudido
por campanas,
adornado con plumas y claveles,
La tierra
no lo
sabe:
recibirá
este día
dorado, gris, celeste,
lo extenderá en colinas,
lo mojará con
flechas
de
transparente
lluvia,
y luego
lo enrollará
en su tubo,
lo guardará en la sombra.
Así es, pero
pequeña
puerta de la esperanza,
nuevo día del año,
aunque seas igual
como los panes
a todo pan,
te vamos a vivir de otra manera,
te vamos a comer, a florecer,
a esperar.
Te pondremos
como una torta
en nuestra vida,
te encenderemos
como candelabro,
te beberemos
como
si fueras un topacio.
Día
del año
nuevo,
día eléctrico, fresco,
todas
las hojas salen verdes
del
tronco de tu tiempo.
Corónanos
con
agua,
con jazmines
abiertos,
con todos los aromas
desplegados,
sí,
aunque
sólo
seas
un día,
un pobre
día humano,
tu aureola
palpita
sobre tantos
cansados
corazones,
y eres,
oh día
nuevo,
oh nube venidera,
pan nunca visto,
torre
permanente!

Pablo Neruda

De: La Página de De libros se trata.
https://www.facebook.com/pages/La-P%C3%A1gina-de-De-libros-se-trata/146369038769224?fref=ts