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jueves, 14 de julio de 2011

El escondite/La Alegoría de la Primavera- Botticelli 1477



¿Qué esconde  "La Alegoría de la Primavera?
Como apasionada del arte que soy, cuando miro una obra de arte me gusta ir más allá de la simple técnica (que también me interesa mucho por ser aficionada al dibujo y la pintura), pero cuando estudiamos arte no nos dicen los verdaderos pensamientos de los artistas a la hora de hacer sus obras. Me encanta leer acerca de lo que esos artistas querían decir, de una manera velada, en sus obras maestras. Me ha parecido interesante compartir esto que he encontrado con vosotros, para que a las personas que la historia del arte les resulte aburrida, puedan así ver de otra manera lo que personas con unos conocimientos tan grandes (teniendo en cuenta las épocas) quisieron dejarnos  a los que veníamos después. Os dejo los datos del libro de Ernesto Fers que he utilizado como fuente y que está repleto de datos interesantísimos como los que a continuación os expongo. Espero que os guste.
Belén Jiménez

Según Ernesto Fers, autor de “Claves secretas del arte”, Botticelli, gran artista del Quattrocento italiano estaba ligado al paganismo y al ocultismo renacentista. Como otros muchos pintores de esta etapa dela Historia del Arte, Botticelli introduce en sus obras varias claves iniciáticas, una de estas obras esla Primavera o mejor dicho “La alegoría de la primavera” que es su nombre completo. En este cuadro, los personajes componen una escena cargada de alusiones herméticas.
La Alegoría  de la Primavera es una obra pintada en tela al óleo y al temple de 203cm  por  un 
fondo de 314 cm. tamaño que no es normal en pinturas profanas. Sobre un un bosque floral, aparecen ocho figuras. Los personajes está tomados de la mitología clásica y la escena debe leerse de izquierda a derecha como en el hebreo (sic) de derecha a izquierda.
iEmpezando por la izquierda ( sic) derecha vemos al dios eólico Céfiro que introduce en la escena a una joven impulsándola con su soplo, esta joven es Cloris, que encabeza  la serie de figuras femeninas, la sigue Flora, la primavera que aparece de cara al espectador lo que nos hace suponer que se introduce en el mundo material. En el centro aparece Venus, la diosa del amor, sobre la escena aparece volando Cupido, tensando su arco con los ojos vendados. A la derecha (sic) izquierda de la escena danzan Tres Gracias semidesnudas, que entrelazan sus manos. Cierra el cuadro un joven a la izquierda que representa a Mercurio, el mensajero de los dioses romanos.
Como he dicho antes, Sandro Botticelli no era sólo un pintor más del Renacimiento sino un hombre iniciado en el paganismo mistérico muy común en los círculos intelectuales y artísticos de la época. Según una interpretación esotérica, todo el cuadro expresa una descripción hermética del recorrido del ser espiritual en la realidad material del “mundo manifiesto” (palabras textuales del autor). En este cuadro Céfiro representa la fuerza del viento del mundo subterráneo, que sólo aparece para impulsar a Cloris. Cloris, su nombre significa claridad o luz y simboliza la pureza, el alma inocente y pura que debe afrontar el proceso karmático (kármico). La ninfa vuelve el rostro hacia Céfiro como negándose a ser introducida en este mundo. El pintor la capta en el momento de convertirse en Flora simbolizada con su traje florido. Botticelli sugiere la transfiguración en un detalle de las dos figuras, si os fijais, el pie izquierdo de ambas está en la misma posición y a igual altura en el plano del cuadro, pero mientras Cloris se apoya en ese pie para levantar la otra pierna, el de Flora se adelanta apoyándose en el suelo de manera que ésta completa el paso iniciado por Cloris y dan, entre las dos un mismo paso iniciático.


No es frecuente encontrar pinturas de temas mitológicos donde Venus aparezca vestida, aquí Botticelli ha querido representarla Venus Pandemos, terrenal y vestida en lugar de la Venus Urania, celestial y desnuda. Esta es la visión que tenía Platón de la diosa ya que la concebía como una dualidad cósmica. Botticelli toma estas ideas respondiendo a su afiliación al neoplatonismo florentino. Como es un recorrido por el mundo material es lógico que la represente así. Venus dirige todo su cuerpo y levanta una mano hacia otro grupo femenino, el de las Tres Gracias, éstas danzan medio desnudas con las manos entrelazadas formando un círculo. La de la izquierda, Voluptas (la voluptuosidad) alza el brazo izquierdo para coger en lo alto la mano derecha de Pulcritudo (la belleza), formando una especie de gesto protector sobre la cabeza de Castitas (la castidad). Voluptas avanza como si se ofreciese a Castitas y esta retrocede en actitud de recibir, en tanto que Pulcritudo se empina en un gesto de devolución.

Las manos entrelazadas de estas tres ninfas forman el círculo esencial órfico de emanatio, raptio et remeatio (que podría traducirse como dar, aceptar y devolver) que es a la vez el círculo iniciático y la rueda de la vida. Cástitas dirige su mirada hacia Mercurio.
En realidad, Botticelli no representa al Mercurio romano sino a su antecesor griego Hermes Trimegisto (el tres veces grande), dios de la sabiduría y considerado el generador del conocimiento oculto que por él tomó el adjetivo de hermético. Hermes es la versión griega de Thot, el dios egipcio que dominaba la taumaturgia y el poder secreto de la palabra.El culto a Hermes se recuperó en el medievo como protector de la magia, la alquimia, la astrología y la cábala.
En el cuadro Hermes eleva con su mano derecha el caduceo (rama de olivo) enviando la energía de la vida a un plano superior representado por los frutos dorados (vuelve el tema de los frutos de oro como en las tres morillas, Hércules en el jardín de las Hespérides, etc…)

Por lo tanto el significado oculto de la Alegoría de la Primavera es el ciclo vital e iniciático.
En cuanto a Cupido, que en realidad es el Eros griego que sobrevuela la escena con los ojos vendados, su significado órfico lo instituye como dios primordial del Amor, pero se trata del Amor Divino que crea el universo y da la vida y lo representa con una venda en los ojos como el amor ciego e inocente.
Es posible que Botticelli haya sido más que un iniciado en los misterios órficos, y ascendiera a planos superiores de la comunidad de sabios mistéricos. En los controvertidos Documents Prieruré de la Bibliotecade París, el autor de “La primavera” figura como gran maestre del Priorato de Sión desde 1483 hasta su muerte en 1510.


FUENTES:
- “CLAVES SECRETAS DEL ARTE”, ERNESTO FRERS. EL MUSEO SECRETO.

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