Cuenta Luis Buñuel en sus memorias que cierta vez, en Nueva York, fue a la Biblioteca que se encuentra en la calle 42 porque quería buscar un libro que hablaba de Simón el estilita, pues preparaba su película "Simón del desierto". Entró en la biblioteca a las cinco de la tarde. Quiso buscar la ficha del libro del padre Festugiéres, que le habían dicho era el más completo sobre ese tema. La ficha no estaba en los ficheros. Volvió la cabeza: un hombre se hallaba a su lado. Tenía esa ficha en la mano.
Cierta vez dibujó Jung un mandala en cuyo centro había un castillo dorado. Cuando estuvo terminado el dibujo se preguntó por qué le había salido tan chinesco. A pesar de que fuera del mandala no había nada chino, el castillo dorado del interior provocaba en él una intensa sensación de ser chino y se preguntó de dónde provendría tal impresión. Poco después recibió una carta de Richard Wilhelm. Le enviaba el manuscrito de un tratado taoísta-alquímico chino titulado El secreto de la flor de oro y le rogaba que lo comentara. Cuando dibujó el mandala con su castillo en el interior la carta ya estaba en camino.
Sincronicidad: Una relatividad del tiempo y del espacio psíquicamente condicionada. (C. G. Jung)
Richard Dawkins, el prestigioso teórico de la evolución, cuenta en su libro Unweaving the Rainbow una sincronicidad que le ocurrió a su mujer cuando esperaba en la consulta del dentista. Digamos primero que Dawkins no cree en las sincronicidades, pero yo tomo el ejemplo porque me gusta. Pues bien, el 18 de septiembre de 1916, estando la señora Dawkins en la consulta del doctor J. v. H., leía la revista Die Kunst cuando le impresionaron las reproducciones de varios cuadros de un pintor llamado Schwalbach, y tomó nota mental de acordarse del nombre porque deseaba ver los originales. En ese momento se abrió la puerta de la sala de espera y la recepcionista pregunto: "¿Está aquí la señora Schwalbach? La requieren al teléfono". Schwalbach, digamos de paso, no es un apellido demasiado corriente en Alemania.
En la novela de Vladimir Nabokov Laughter in the Dark, se menciona una película en la que a la protagonista le dan un pequeño papel. La primera actriz de la película en la novela de Nabokov se llamaba Dorinna Karenina. Años más tarde, cuando se llevó al cine la película basada en esta novela de Nabokov (dirigida por Tony Richardson), resultó que la actriz que protagonizaba a Margot, la protagonista, se llamó Anna Karina.
V. Nabokov: "Padezco de los desconcertantes escrúpulos de la superstición: un número, un sueño, una coincidencia pueden afectarme obsesivamente".
En el libro Why do Buses Come in Threes, escrito por dos matemáticos británicos, se recoge la siguiente anécdota de un conocido de ambos. Esta persona fue cierta vez a visitar a unos nuevos vecinos. La hija de estos, Sarah, estaba dibujando con pinturillas. El visitante se puso a jugar con ella y le dibujó una luna y para entretenerla le dijo que por la forma de la luna se podía decir de qué fecha era. Para hacer la historia más plausible, miró el hombre su dibujo y, tras pensar una fecha al azar, le dijo a la niña que esa luna tenía fecha del 17 de agosto. La madre de la niña, que estaba escuchando, emitió un sonido de sorpresa. "Sabía que iba usted a decir esa fecha", manifestó sorprendida. El cumpleaños de Sarah es el 17 de agosto, y también el mío, y el de mi marido".
Concluyamos con una frase que podría definirlo todo:
Demos tiempo a lo posible, y ocurrirá.
(Heródoto)
(Heródoto)
http://www.redcientifica.com/doc/doc200312237701.html
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