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miércoles, 12 de octubre de 2011


100 secretos del Vaticano



Cien valiosos documentos custodiados en el Vaticano, que van desde el siglo VIII al siglo XX, se exhibirán por primera vez en público en la exposición 'Lux in arcana. El archivo secreto vaticano se descubre', que se abrirá en los Museos Capitolinos de Roma en febrero de 2012.
'Lux in arcana' (luz sobre el misterio) fue presentada hoy por el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone; el alcalde Roma, Gianni Alemanno, y el prefecto del Archivo Secreto, el obispo Sergio Pagano, con motivo del 400 aniversario de la fundación de ese archivo por parte del papa Pablo V en 1612.
















Entre los documentos, destacan las actas del proceso a Galileo Galilei (1616-1633), que contienen todos los papeles de ese juicio recogidos por la Congregación del Santo Oficio; así como la carta de los miembros del Parlamento inglés al papa Clemente VII sobre la causa matrimonial de Enrique VIII (1530).


Se trata de un pergamino firmado por 83 parlamentarios, entre lores y miembros de la cámara de los Comunes, en el que le pide que anule lo más pronto posible el matrimonio con Catalina de Aragón.
Otro de los documentos que se exhibirán es el 'Dictatus papae' de Gregorio VII (1073-1085), 27 propuestas dictadas por ese papa sobre la supremacía de los Pontífices.
Destaca también una carta hecha con corteza de abedul enviada por el Pierre Pilsemont, jefe de la tribu de indios americanos de Ojibwe, conocidos también como Chippewa, al papa León XIII, en el que le llama "Gran maestro de las plegarias, que hace las funciones de Jesús" y le agradece haber enviado a su tribu unas plegarias.
Asimismo, saldrá del Vaticano por primera vez una carta de seda escrita por la emperatriz china Wang, que al convertirse al catolicismo adoptó el nombre de Elena, al papa Inocencio X (1650).
Wang informa al Pontífice que gracias a la predicación de los jesuitas ha abrazado la fe católica junto a su hijo Yongli, bautizado como Constantino.
La bula de la destitución de Federico II (1245), el primer documento sobre destitución de un emperador por parte de un papa (Inocencio IV) también formará parte de la muestra, así como algunos documentos referentes a la Segunda Guerra Mundial.
Se preguntó si expodrían algo sobre el papa Pío XII, al que le tocó guiar la Iglesia en ese convulso periodo, Pagano dijo que no, que la documentación sobre ese papado aún es secreta y que se abrirá dentro de tres o cuatro años, antes de precisar que se trata de cuatro o cinco fotografías sobre la barbarie cometida por los hombres, como muertes de niños y familias y campos de concentración nazis.

Operación delicada

Para que la luz no dañe a algunos documentos, serán colocados en urnas especiales, con la temperatura controlada y escasa luz.
El alcalde de Roma resaltó la importancia de la exposición y señaló que debido al valor de los documentos es posible que esta sea la primera y única vez que salgan de los confines vaticanos.
El cardenal Bertone calificó el archivo secreto como "un océano que abrazó al mundo occidental y al nuevo mundo y después a todos los continentes donde la Iglesia católica se ha difundido y radicado".
Bertone destacó que la sede sean los Museos Capitolinos, el Palacio de los Conservadores, de la Roma de los papas. El cardenal bibliotecario, Raffaele Farina, que también estuvo presente, subrayó que fue Sisto IV quien en 1471 ordenó colocar la Loba de bronce -símbolo de Roma- y otros tesoros del pueblo romano en ese palacio, núcleo del Campidoglio, la actual sede del ayuntamiento de Roma.
El Archivo Secreto Vaticano, el mayor y más internacional del mundo, conserva en sus vastos depósitos documentos de doce siglos, distribuidos en 85 kilómetros de estanterías.
La exposición estará abierta desde febrero a septiembre de 2012.
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La Vanguardia también se hace eco de esta exposición, centrándose sobretodo en la bula de Alejendro VI por la que se repartía América entre España y Portugal:
Eusebio Val / La Vanguardia











Luz en los enigmas. Otro salto desde el hermetismo hacia la transparencia. Eso pretende la Santa Sede, con el visto bueno del papa Benedicto XVI, al permitir, por primera vez, que cien importantes documentos de sus archivos, en versión original, sean mostrados al público fuera de los muros vaticanos.
A partir del próximo febrero, durante siete meses, los Museos Capitolinos de Roma albergarán un tesoro que incluirá, por ejemplo, la carta de León X a Lutero para anunciarle que sería excomulgado, las actas del proceso a Galileo Galilei o las misivas de parlamentarios ingleses a Clemente VII sobre la causa matrimonial de Enrique VIII. También podrá verse la bula de Alejandro VI, de mayo de 1493, dirigida a los Reyes Católicos, en la que repartió entre España y Portugal las nuevas tierras conquistadas en América.
Los 85 kilómetros de anaqueles del Archivo Secreto Vaticano contienen información impagable sobre la historia de la humanidad. Está registrada la acción de la Iglesia y los numerosos entresijos diplomáticos entre los países. El papado es una institución única. Ninguna otra ha mantenido, con carácter ininterrumpido y durante tanto tiempo, un protagonismo de esa relevancia en la escena internacional.
Los organizadores de la exposición, bajo el título de Lux in arcana. L'Archivio Segreto Vaticano si rivela (luz en los enigmas, el Archivo Secreto Vaticano se revela), están dando a conocer a la prensa, en cuentagotas, la identidad de los documentos que serán expuestos. Quieren que la muestra tenga un impacto global, que sea visita obligada para los historiadores y genere curiosidad entre el público en general. Hay mucha expectación por saber qué documentos serán exhibidos sobre el llamado "periodo cerrado" de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de material del pontificado de Pío XII –polémico candidato a la beatificación–, un periodo que aún está vetado a la consulta pero en el que se harán algunas excepciones, con permiso expreso de la Secretaría de Estado.
Coincidiendo con el día de hoy, 12 de octubre, exactamente 519 años después de la llegada de Cristóbal Colón a tierras americanas, los responsables de la muestra y del Archivo Secreto Vaticano han revelado en exclusiva a La Vanguardia que entre el centenar de documentos de Lux in arcana figurará la bula Inter cetera de Alejandro VI –el valenciano Rodrigo de Borja– en la que, siguiendo criterios geográficos bastante inexactos, distribuyó entre España y Portugal los dominios en el Nuevo Mundo, con la expresa condición de que los habitantes de esos territorios fueran evangelizados.















La bula alejandrina, llamada también bula de partición, tiene una historia compleja. Se realizó una primera versión, con fecha 3 de mayo de 1493, pero su contenido no satisfizo a los destinatarios porque no quedaba clara la división territorial. Podía interpretarse demasiado favorable a España en detrimento de Portugal, cuyo soberano, Juan II, reivindicaba también con fuerza sus derechos. Por eso, tras las consiguientes gestiones diplomáticas, se realizó una segunda versión, datada retroactivamente el 4 de mayo de 1493 –aunque su redactado real fue posterior–, en la que Alejandro VI, como árbitro aceptado por las dos partes, establecía el dominio español en todos los territorios descubiertos, hasta entonces y en el futuro, situados al oeste de un meridiano imaginario, a unas cien leguas de las islas Azores y de las islas de Cabo Verde. Esta división geográfica resultó en la práctica incorrecta e inaplicable, pero al menos estableció un principio genérico de reparto. Un año después, en 1494, un acuerdo diplomático hispanoluso, el tratado de Tordesillas, corrigió las zonas de influencia y desplazó en 370 millas el meridiano fijado por el papa.

La bula original enviada a los Reyes Católicos se conserva en el Archivo General de Indias. Pero el documento madre es el que se expondrá en los Museos Capitolinos, la llamada copia de registro, que se halla en el Registro Vaticano 777 del Archivo Secreto Vaticano. Según explicó a este diario Alessandra Gonzato, portavoz del archivo, "la copia de registro es en realidad la copia número uno, el texto fundamental, la única garantía de autenticidad". En aquella época las bulas podían perderse por el camino, ser manipuladas, falsificadas o destruidas. Esto último ocurrió, por cierto, con la que excomulgaba a Lutero. La copia de registro, guardada celosamente en el Vaticano, es la fuente infalible de los actos papales y, en el caso de la que dividió América, su existencia, en versión corregida de una anterior, explica también las vicisitudes de la negociación diplomática que requirió el asunto.
En la bula, Alejandro VI, un papa corrupto y despiadado con sus enemigos, loa a los Reyes Católicos por la recuperación del reino de Granada de los musulmanes y expresa su deseo de que "la fe católica y la religión cristiana sea exaltada sobre todo en nuestros tiempos, y por donde quiera se amplíe y dilate, y se procure la salvación de las almas, y las naciones bárbaras sean sometidas y reducidas a la fe cristiana". También incluye palabras de admiración hacia Cristóbal Colón, un "hombre apto y muy conveniente" para la empresa que realizó.
La futura exposición dispone ya de un sitio en internet (www.luxinarcana.org). La muestra usará herramientas multimedia y tratará de revivir los documentos con narraciones sobre el trasfondo histórico y los personajes implicados. Era inevitable que la Santa Sede escogiera la propia Roma para la exposición, no sólo por motivos prácticos sino por el profundo vínculo del papado con la ciudad. Desde el Medioevo no se entiende uno sin la otra.


Post: José Luis Santos para Arqueoclub





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