Pesadilla
Se movieron en torno a mí
como gigantes.
Yo les hablaba...
más,
no parecían escucharme.
Los caballos
se hundieron en la noche
y los jinetes lóbregos
no tenían cara.
Se metieron entremedio
de mis sueños,
pesadillas,
gemidos en la penumbra
y trotaron...trotaron.
Sudor,
llanto ahogado en el silencio
del lecho plumífero,
permanecí sin consuelo;
sombras negras,
puertas crujientes
sin cadenas,
ventanas húmedas
que daban al vacío.
Nubes y recuerdos
que no se recuerdan
cuando la conciencia despierta.
Lugares extraños
son los que visitamos
cada noche.
Imperceptiblemente
cada experiencia
tejió sin descanso,
de Sol a Sol
-me digo-
Impávidas telarañas
se transformaron
en sueños e imágenes
durante la noche
en un mal sueño,
que ya despertó.
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