Otros aceites más delicados, y con los que esta técnica
no funciona, se extraen a través de disolventes
volátiles. La planta de la que se va a extraer el aceite
se pone en maceración, utilizando el disolvente
apropiado (petróleo o benzol). La esencia queda
disuelta y el disolvente se elimina por evaporación.
El resultado se denomina concreto. Este aún contiene
ceras que, al carecer de valor odorífero, han de ser
eliminadas. Esto se realiza mediante un lavado
con alcohol (de mayor graduación que el de uso
doméstico) que una vez evaporado, da lugar al
absoluto, un aceite altamente concentrado que es
la materia prima más apreciada en perfumería.
Para extraer el aceite esencial a los cítricos,
se utiliza la técnica de compresión. Al comprimir la cáscara, se liberan las cápsulas de esencia que éstos contienen.
La técnica de exudación es empleada con
los árboles que poseen resinas olorosas practicando un corte en su corteza, el cual es recogido lentamente en bolsas. Estas resinas son tratadas posteriormente con alcoholes.
A partir de estas materias primas secundarias
se crean productos muy dispares que van desde el perfume envasado que utilizamos diariamente hasta ambientadores para el hogar, pasando por infinidad de productos como bálsamos, desodorantes, aceites y leches corporales, polvos de talco, geles de baño, maquillajes, barras de labios, etc. así como productos de capricho como hojas de papel y lacres perfumados, velas perfumadas, rosarios de pétalos de rosa, tintas olorosas para enamorados… y un sinfín de productos inimaginables, todos ellos perfumados. Pero dentro de los perfumes "normales", también existen diferentes calidades en cuanto a la cantidad de esencia empleada en la fórmula. Así podemos hablar de Extracto cuando la concentración de esencia alcanza el 40% en relación el la cantidad de alcohol. Esta es la más cara de todas, y se suele presentar en forma de crema. El Eau de Parfum puede contener un 20% de esencia, el Eau de Toilette contiene un 10% y el Eau de Cologne no supera el 5%. |
La elaboración del perfume La realización de un perfume es actualmente muy diferente a como era en la antigüedad. Los adelantos científicos y técnicos nos han permitido realizar fórmulas cada vez más complejas que antes se llevaban a cabo únicamente mediante la experimentación. La elección de materias primas de calidad, las técnicas de destila- do y el trabajo de los profesionales son las claves del éxito. Materias primas De ellas depende principalmente la calidad del perfume. Mantener la fórmula original cuesta si los métodos de producción de éstas se ven alteradas y hay que recurrir a productos de calidad secundaria. Existen infinidad de materias primas utilizadas en la fabricación de un perfume, pero se pueden dividir básicamente en productos naturales (vegetales, animales o minerales) y productos sintéticos. Productos naturales Dentro de los vegetales se puede escoger entre flores (rosa, jazmín, clavel, jacinto, flor de azahar, narciso, nardo, violeta…), plantas aromáticas (lavanda, melisa, salvia, romero, cantueso, espliego, tomillo, mejorana…), agrios (naranja -dulce o amarga- ,limón, mandarina, pomelo, bergamota…) algas y líquenes (musgos y algas marinas), especias (vainilla, cardamomo, cilantro, clavo…) granos y semillas (anís, eneldo, alcaravea…), cortezas y raíces (canela, jengibre, vetiver, angélica, cálamo…), balsamos y resinas (estoraque, incienso, mirra, galbano…), maderas (abedul, cedro, ciprés, pino, sándalo, laurel, pachulí…) y otros aromas (tabaco, manzanilla, verbena, artemisa…). Los productos animales sirven como fijadores de los vegetales, confiriéndoles persistencia y se les atribuye capacidad de atracción sexual (almizcle, cachalote, castoreo…, y también resinas, como el ámbar). (Es necesario mantener un nivel de evaporación igual para todos los elementos que componen el perfume). Los productos minerales son principalmente petróleo y sulfuro de hidrógeno. Productos artificiales o sintéticos Producidos mediante reacciones químicas, se fabrican con la intención de reproducir aromas naturales. Un ejemplo de ellos son las anteriormente mencionadas ionomas. Con estos olores "de laboratorio" se consiguen sorprendentes resultados. Un experto, hoy en día, tiene dificultades a la hora de distinguir un aroma artificial de uno natural, y obviamente, su empleo resulta mucho más beneficioso, por lo económico, para los fabricantes de perfumes. Es por esta razón por la que los laboratorios no escatiman a la hora de invertir insultantes cantidades de dinero en tecnología. TABLA DE MATERIAS PRIMAS
Es en esta época cuando se fabrican verdaderas obras de arte que ahora sería imposible elaborar debido a que el coste del envase superaría con creces al coste del perfume; todavía se conservan en museos (o en domicilios particulares, por herencia) auténticas joyas realizadas a mano y adornadas con oro, plata y piedras preciosas.Un envase digno de un gran perfume La aparición del primer envase coincidió con la aparición del primer perfume, sólido (ungüentos y ceras) o líquido. Al ser una sustancia volátil se debía evitar de algún modo su natural y rápida evaporación. Pero mucho antes de la aparición del cristal, hacia el s . I a. C., los egipcios ya fabricaban recipientes de diorita y de alabastro que, además de aislar el producto, conservaban frío su contenido para que no perdiera ni una de sus propiedades odoríferas. Los griegos y romanos utilizaban cerámicas decoradas con esmaltes hasta que Egipto comenzó a exportar sus envases. Posteriormente, con la llegada del vidrio, todos aceptaron rápidamente este material por su ligereza y transparencia. Casi inmediatamente llegaron los frascos esmerilados. Entre los s. XVI al XIX los nobles adquirían separadamente perfume y envase, teniendo así el consumidor su fragancia favorita dentro del envase que más le agradaba. Cuando la burguesía comenzó a ser consumidora, la demanda de envases de vidrio se disparó, apareciendo de este modo los primeros envases fabricados exclusivamente para perfumes. Los cristales eran cortados por los artesanos con sumo cuidado, para posteriormente ser tallados a mano. Por tanto, poseer un perfume era símbolo de poder económico y refinamiento, así los frascos con perfume eran colocados en los salones de las casas, a la vista de todos. Es en esta época cuando se fabrican verdaderas obras de arte que ahora sería imposible elaborar debido a que el coste del envase superaría con creces al coste del perfume; todavía se conservan en museos (o en domicilios particulares, por herencia) auténticas joyas realizadas a mano y adornadas con oro, plata y piedras preciosas. El cortado del cristal fue sustituido por la técnica del cristal prensado, y más tarde por la del cristal soplado. Mediante esta técnica se crearon frascos de cristal de Baccarat, de principios de siglo, que actualmente pueden comprarse por el módico precio de 1500 dólares.
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