Carta de amor, para despertar un sábado
Querida Coma:
Soy yo, el punto, tu punto, el punto que hace tiempo conociste cuando aún éramos jóvenes. Mientras escribo esta carta, me viene a la cabeza el momento en el que tú junto con las comillas te reías mientras devorabas un texto a la luz de un sol de verano…je je. Te estabas poniendo gordita para convertirte en una señora Coma. Mientras, yo te hacía reír subiéndome en una i o desdoblándome y haciendo el tonto sobre una ü. Eran buenos tiempos, los dos éramos jóvenes pero nunca decidimos unirnos, al contrario, yo me fui en busca de algún texto, y por fin lo encontré, pero solo para dedicarme a ser un punto y aparte, un punto y seguido, o simplemente un dos puntos. Me convertí en algo que sonaba a firmeza, rot...undidad y suspense, pues también me desdoblaba llegando a ser un punto suspensivo. Tu vida fue distinta; mientras yo me dedicaba a todo eso, tú separabas frases, adjetivos, incluso describías y ponías respiraciones en la gente. Y así se tomaban su tiempo y disfrutaban gracias a tu reposo y tranquilidad.
Me preguntaras coma, el porqué de esta carta. Pues bien, no es otra que rogarte, suplicarte que vuelvas a mi lado y que seamos el punto y coma. Punto y coma, que la mayoría tiene en el olvido; punto y coma en el que unidos podamos poner una pausa mayor aún de la que tú tienes y a mí me falta. Yo aún puedo ponerme sobre una i o desdoblarme sobre la ü, aún puedo hacerte reír.
Soy yo, el punto, tu punto, el punto que hace tiempo conociste cuando aún éramos jóvenes. Mientras escribo esta carta, me viene a la cabeza el momento en el que tú junto con las comillas te reías mientras devorabas un texto a la luz de un sol de verano…je je. Te estabas poniendo gordita para convertirte en una señora Coma. Mientras, yo te hacía reír subiéndome en una i o desdoblándome y haciendo el tonto sobre una ü. Eran buenos tiempos, los dos éramos jóvenes pero nunca decidimos unirnos, al contrario, yo me fui en busca de algún texto, y por fin lo encontré, pero solo para dedicarme a ser un punto y aparte, un punto y seguido, o simplemente un dos puntos. Me convertí en algo que sonaba a firmeza, rot...undidad y suspense, pues también me desdoblaba llegando a ser un punto suspensivo. Tu vida fue distinta; mientras yo me dedicaba a todo eso, tú separabas frases, adjetivos, incluso describías y ponías respiraciones en la gente. Y así se tomaban su tiempo y disfrutaban gracias a tu reposo y tranquilidad.
Me preguntaras coma, el porqué de esta carta. Pues bien, no es otra que rogarte, suplicarte que vuelvas a mi lado y que seamos el punto y coma. Punto y coma, que la mayoría tiene en el olvido; punto y coma en el que unidos podamos poner una pausa mayor aún de la que tú tienes y a mí me falta. Yo aún puedo ponerme sobre una i o desdoblarme sobre la ü, aún puedo hacerte reír.
Si no fuera así, si tú continuaras en tus textos y yo en los míos, creo que yo iría camino de ser un punto Filipino, o más triste todavía... Posiblemente pasaría a ser un punto sospechoso o un punto y final.
José Manuel Martín Cueva
(Idea original)
....................................................................................................
Respuesta a un Punto casi desconocido
Querido Punto:
En respuesta a tan sorpresiva carta, me gustaría decirte varias cosas, intentando ser lo más precisa posible.
En primer lugar debo aclararte que cuando nos conocimos yo no era joven...sino más joven. Es lógico que después de tantos años pienses que he envejecido, porque como muy bien dices hace mucho, demasiado tiempo que no estamos juntos. Ahora, no solo me dedico a leer textos, sino también a escribirlos; y debo decirte que no olvidé ese punto arriba, aunque -si es cierto- que ha caído en desuso, principalmente porque no me gusta tener a nadie ¡¡encima de mí!!.
Respecto a que me estaba poniendo -gordita- convirtiéndome en una Señora Coma, eso ya es historia...debido a mi creciente actividad; aunque confieso que viviendo -actualmente- en Argentina, no resulta fácil eliminar los 2 ó 3 kilos que me sobran, para poder estar 10 puntos.
He de comentarte también que no me ha parecido muy caballeresco por tu parte, destacarlo...porque aún te recuerdo no como un punto vacilante e inseguro, sino como un caballero andante. Asunto que he de reconocer también ha caído en desuso, en detrimento de aquella seducción que los hombres conseguíais de nosotras, con tan pequeños gestos.
Observo además que has tenido una vida agitada y cambiante, subiéndote en íes que después se caían, desdoblándote en puntos suspensivos -que te recuerdo deberían ser tres-; o en otras aventuras arriesgadas subiéndote a una ü, para formar una diéresis -poco firme- si tenemos en cuenta que por ejemplo, los cuentos sobre cigüeñas, son ya un recuerdo histórico de otra generación.
Es verdad que siempre me han gustado las pausas, los silencios breves, silencios que permiten a los demás tiempo para pensar.
Por otra parte, debo reconocer que es halagador después de tanto tiempo, me supliques unirnos en nuevos textos, para que los silencios sean aún más pausados, con un punto y coma; pero he de decirte que ya en mi vida tengo demasiadas comas, y algunos puntos sobre las comas, tanto en la vida real, como en mis textos.
Y por supuesto, tengo mis dudas sobre que podrás convertirte en un punto sospechoso, o incluso filipino -que ignoro lo que es- Y mucho menos que esto sea un punto y final para ti. Pero espero que comprendas que, en este momento me encuentro en un punto y aparte -convencido- y que únicamente razones muy poderosas podrían cambiarlo...
Por lo tanto espero que aunque ahora solo puedas ser un punto y seguido, te plantees también ser un punto y aparte, para recuperar tu libertad.
Por lo tanto espero que aunque ahora solo puedas ser un punto y seguido, te plantees también ser un punto y aparte, para recuperar tu libertad.
Agradecida por tu recuerdo
Desde Buenos Aires
25/6/2013
Liliana Coma
No hay comentarios:
Publicar un comentario