Durante mucho tiempo se ha tenido una idea errada sobre Mercurio: es la conclusión a la que arribó la NASA después de recibir imágenes de la sonda Messenger que muestran la superficie de este planeta. Anteriormente se pensaba que era algo similar a la luna, sólo rocas vacías. Sin embargo, al parecer, el astro más cercano al sol no resulta tan aburrido como sospechábamos, sino que tiene una geografía variada digna de estudios.
La Messenger ha estado tres meses tomando vistas significativas de distintas regiones de Mercurio, todas con alta resolución. Para su sorpresa, los científicos han podido observar relieves formados por extensas llanuras, que tal vez resultaron de explosiones volcánicas, grandes depósitos rodeados de materiales difusos, cráteres y anillos de bordes afilados.
La Messenger ha estado tres meses tomando vistas significativas de distintas regiones de Mercurio, todas con alta resolución. Para su sorpresa, los científicos han podido observar relieves formados por extensas llanuras, que tal vez resultaron de explosiones volcánicas, grandes depósitos rodeados de materiales difusos, cráteres y anillos de bordes afilados.
Respecto a la composición de la corteza mercúrica, la Messenger ha revelado la existencia de muchos elementos básicos: magnesio, silicio, calcio, aluminio, pero también se encontraron grandes cantidades de azufre, lo que sugiere que el planeta tuvo un origen diferente del terrestre y podría ayudar a comprender la naturaleza de sus procesos volcánicos.
La zona polar, aunque extensa, no presenta altas elevaciones. Los cráteres cercanos a los polos son profundos y oscuros, lo que hace pensar que pueden contener hielo, mas no puede afirmarse que exista agua en el planeta. Este punto está sujeto a investigación, es precisamente uno de las principales tareas que le espera a la misión.
Nunca antes ninguna nave había entrado en la órbita de ese planeta, de modo que la Messenger representa un momento importante de la astronomía. Aún le restan tres años de investigación y los científicos esperan encontrar muchas más sorpresas ocultas tras los velos de la distancia. Gracias a ella se podrá profundizar en la naturaleza y dinámica de Mercurio.
La zona polar, aunque extensa, no presenta altas elevaciones. Los cráteres cercanos a los polos son profundos y oscuros, lo que hace pensar que pueden contener hielo, mas no puede afirmarse que exista agua en el planeta. Este punto está sujeto a investigación, es precisamente uno de las principales tareas que le espera a la misión.
Nunca antes ninguna nave había entrado en la órbita de ese planeta, de modo que la Messenger representa un momento importante de la astronomía. Aún le restan tres años de investigación y los científicos esperan encontrar muchas más sorpresas ocultas tras los velos de la distancia. Gracias a ella se podrá profundizar en la naturaleza y dinámica de Mercurio.
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